Una educación continuada es considerada como indispensable para acceder a nuevas y mejores condiciones dentro del mercado laboral. Esto se da porque hay un reconocimiento de que un posgrado puede representar nuevas aptitudes en quien lo cursa que van más allá del tema estudiado; representa también un esfuerzo, un interés por la actualización y un compromiso por parte de quien lo lleva a cabo.
Omar Guevara, coordinador de la Oficina de Egresados de La Salle, señala que los posgrados también tienen otros beneficios tangibles además de mostrarle una serie de aptitudes a las organizaciones; tales como posibilitar una mayor vigencia en el mercado, al aumentar momento de máxima productividad de quien lo cursa y representar mayores recursos.
También pueden ser considerados como algún tipo de experiencia, dependiendo del sector. Por ejemplo, en el sector público los posgrados pueden ser homologados por tiempo de experiencia laboral. Sin embargo, también se reconoce que un perfil competitivo cuenta también con trayectoria profesional.
No obstante, también reconoce que la decisión de cursar un posgrado e incluso de escoger qué tipo de posgrado cursar también “depende mucho de las expectativas que tenga el profesional y de sus intereses. Si yo quiero adquirir experticia en algún aspecto, la especialización es atractiva; en cambio, si yo quiero realizar una investigación, lo ideal es una maestría o, incluso, un doctorado”, señala Guevara.
La Universidad de La Salle cuenta con posgrados en diferentes áreas del conocimiento que aplican para diversos públicos, de manera que se mantiene una interdisciplinaridad que puede ser bien usada para abrirse a nuevos saberes y aprender a manejar equipos heterogéneos, tal como sucede en el mercado laboral; a la vez que también cuenta con posgrados que colindan con ramas específicas como los pertenecientes a la facultad Ciencias Agropecuarias o Ciencias de la Salud, entre otros.

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