Las empresas enfrentan desafíos relacionados con el cambio climático, la degradación de los recursos naturales, las desigualdades sociales y las crisis financieras. En este contexto, resulta fundamental que se transformen para garantizar su competitividad y permanencia en un entorno turbulento y en constante cambio.
En el sector agrícola, implementar estrategias de sostenibilidad se ha convertido en una necesidad para enfrentar las condiciones del contexto e integrar los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza que aseguren la competitividad y perdurabilidad de los agronegocios.
Claudia Alvarez, profesora del programa de Agronegocios de la Universidad de La Salle, explica “La sostenibilidad empresarial no solo se trata de responsabilidad social corporativa, sino de una estrategia integral (...) Las empresas deben adaptarse al entorno, transformarse y asegurar su permanencia en el tiempo dando respuesta a los requerimientos del mercado, sin detrimento del medio ambiente y promoviendo el bienestar de las personas”.
La estrategia de sostenibilidad implica prácticas como la implementación de tecnologías limpias, la transición hacia energías renovables, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y el uso responsable de la biodiversidad.
En el ámbito social, las empresas deben priorizar el bienestar de sus colaboradores, proveedores y comunidades, favoreciendo diversidad, inclusión y desarrollo social. Por su parte, la dimensión de gobernanza exige transparencia, prácticas éticas y respeto a los derechos humanos en cada decisión.
Para medir el impacto de las estrategias de sostenibilidad, las empresas deben contar con mecanismos que permitan la trazabilidad de los procesos y realizar mediciones permanentes para establecer el impacto de sus acciones y resultados en sus objetivos económicos, sociales y ambientales.
Según la profesora Alvarez, implementar estrategias sostenibles no solo es una respuesta a los retos actuales, sino también una oportunidad para mejorar la competitividad de las organizaciones. Estas estrategias fortalecen la reputación empresarial, contribuyen a mejorar la eficiencia, incrementan la preferencia de consumidores e inversionistas y contribuyen a un mejor entorno.
Según la profesora Alvarez, implementar estrategias sostenibles no solo es una respuesta a los retos actuales, sino también una oportunidad para mejorar la competitividad de las organizaciones. Estas estrategias fortalecen la reputación empresarial, contribuyen a mejorar la eficiencia, incrementan la preferencia de consumidores e inversionistas y contribuyen a un mejor entorno.
La estrategia de sostenibilidad en los negocios agrícolas requieren de la innovación para encontrar nuevas formas de hacer las productos y realizar los procesos; y así dar solución a los desafíos del entorno y satisfacer las requerimientos de consumidores, colaboradores, inversionistas y proveedores, para asegurar su permanencia y contribuir a un desarrollo sostenible.

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