Cuando navegamos a través de nuestras redes sociales y sitios web nos encontramos con un gran flujo de información que es difundida a un ritmo cada vez más acelerado. Sin embargo, debemos ser capaces de detenernos a reflexionar sobre la información que estamos recibiendo y discernir entre lo que es veraz y relevante de lo que no lo es para tener una experiencia en línea mejor y más segura.
Para esto resulta clave desarrollar un pensamiento crítico que nos permita:
Verificar y diferenciar el tipo información que se está recibiendo, si se trata de un hecho que, por lo general, se manifiesta en forma de noticia o una opinión que es expresada a través de publicaciones personales, memes y sátiras; o si es una noticia falsa expresada en anuncios falsos, fotos o artículos editados o con "clickbait" (este término es empleado para enlaces en línea donde el objetivo principal es atraer usuarios a dar clic en un link que abre un contenido que transmite información falsa).
Cuestionar la fuente de la información a través de preguntas como:
¿Qué medio creó la información?
¿Es posible corroborar la información en otras fuentes?
Valorar la opinión y postura del otro sin entrar en conflicto cuando se tienen diferentes opiniones sobre temas sensibles.
Construir un criterio propio a través de la reflexión y consulta de información variada desde fuentes confiables.

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