Cada 9 de junio, el mundo conmemora el Día Internacional de los Archivos, una fecha instituida en 2007 por el Consejo Internacional de Archivos (ICA) con el propósito de visibilizar el papel fundamental que desempeñan los archivos en las sociedades contemporáneas. Esta conmemoración no se limita a celebrar un acervo documental: invita a reconocer el archivo como una estructura activa de memoria, de garantía de derechos y de soporte institucional. En la Universidad de La Salle, este día representa una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con una visión crítica, ética y transformadora de los archivos y de su función social.

En un entorno dominado por la automatización, los algoritmos y el crecimiento exponencial de la información digital, los archivos enfrentan retos que van más allá de la conservación técnica. La expansión tecnológica ha facilitado el acceso, la trazabilidad y la interoperabilidad de los sistemas documentales; sin embargo, también ha traído consigo nuevas vulnerabilidades: el debilitamiento del control institucional sobre los datos, la fragilidad de los soportes digitales y el riesgo de pérdida de información significativa en medio del ruido informacional. En este contexto, preservar no es suficiente: es necesario seleccionar con criterio, documentar con propósito y garantizar condiciones reales de consulta y permanencia.

Los archivos no existen para acumular registros; existen para sostener procesos. Su valor reside en la capacidad de articular información con sentido, de conectar hechos con responsabilidades, de vincular decisiones con sus consecuencias. Desde esa perspectiva, los archivos institucionales cumplen una función estructural en la vida democrática: permiten ejercer el derecho a la información, respaldan la rendición de cuentas y fortalecen la transparencia. Sin archivos abiertos, accesibles y bien gestionados, no hay ciudadanía informada ni historia verificable.

Pero los archivos también cumplen una función social más profunda. En muchas comunidades sobre todo aquellas que han sido históricamente excluidas los archivos locales, barriales, indígenas o feministas han operado como mecanismos de resistencia y afirmación. Guardar un acta, conservar una carta o proteger una grabación puede marcar la diferencia entre ser reconocido o permanecer invisible. En esos contextos, el archivo no es solo una herramienta técnica, sino una estrategia para ejercer el derecho a existir en la memoria colectiva.

Frente a este panorama, la formación profesional en archivística debe responder con una mirada amplia e interdisciplinaria. Se requieren perfiles capaces de integrar conocimiento técnico con una comprensión profunda de los marcos jurídicos, éticos y sociales en los que se produce y gestiona la información. Desde la Universidad de La Salle, promovemos una perspectiva académica que vincula los archivos con la justicia social, la sostenibilidad ambiental y la transformación institucional. Entendemos que los archivos no son un fin en sí mismos, sino una base estructural para la toma de decisiones, la defensa de derechos y la proyección de futuro.

Este 9 de junio, más que conmemorar una fecha, reconocemos la urgencia de fortalecer los archivos como parte del tejido vivo de las instituciones y de la sociedad. En un mundo que genera datos a gran velocidad, pero olvida con facilidad, los archivos nos ofrecen una forma concreta de construir verdad, proteger memoria y sostener vínculos con el pasado que todavía reclama ser comprendido.

 

John Agustín Riaño Díaz

Director, Departamento de Estudios de Información

Multimedia
Descripción

Celebrando la historia, protegida en cada archivo

Imagen
Porque recordar también es un acto para el futuro
Dominio
Vista 360?
Desactivado
Path

/noticias/entre-la-informacion-y-la-verdad-el-lugar-de-los-archivos-hoy

Categoría noticia
Visitas
0
Dominio
Overline
Facultades y Escuelas
Recomendar
Desactivado
Fecha noticia