El reciente informe de Deutsche Welle alerta sobre el estado crítico que atraviesa el sector arrocero en Colombia. Productores reportan pérdidas significativas por los altos costos de producción, la caída de los precios y los impactos climáticos, poniendo en riesgo la sostenibilidad de este renglón fundamental para la seguridad alimentaria del país.
En este contexto, la Universidad de La Salle reafirma su compromiso con el desarrollo rural y la innovación agrícola, no solo a través de iniciativas en terreno como el Proyecto Utopía, sino también mediante el liderazgo académico de sus investigadores.
Tras la pandemia de COVID-19, las zonas productoras de arroz vivieron precios altos. Sin embargo, “en el primer semestre de 2025 se ha presentado una caída nominal por encima del 20 por ciento promedio con respecto al mismo periodo de 2024”, apunta Álvaro Andrés Pulido, investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Rurales (CEIR) de la Universidad de La Salle.
Pulido explica que se repite un patrón histórico: escenarios de altos precios conducen a mayor siembra, lo que genera sobreoferta, caída de precios y solicitudes de subsidios. “La problemática que expresan los arroceros es que ellos asumen los riesgos del cultivo, asociados a pérdidas de la cosecha por sequía o exceso de lluvia, así como la volatilidad de los precios. Adicionalmente, piden al Gobierno un precio regulado, así como subsidios a la producción”.
Retos y soluciones
Eliecer Díaz, docente de la Universidad Nacional de Colombia, resume los principales retos en la producción arrocera del país:
“Baja rentabilidad por precios por debajo de los costos de producción, competencia desleal de importaciones y contrabando, altos costos de producción, el impacto de la variabilidad y cambio climático sobre áreas cultivables y suelos, y la tensión social derivada de incumplimientos de políticas públicas y conflicto armado.”
En su opinión, “para superar estos obstáculos se requieren acciones coordinadas que incluyan apoyo estatal, políticas de regulación comercial, una gestión integrada del riesgo y fortalecimiento de la cadena productiva nacional para garantizar la sostenibilidad del sector”.
Por su parte, el consultor Indalecio Dangond destaca la importancia de “ordenar la producción durante los 12 meses del año en zonas con condiciones aptas de clima, rotación de cultivos, mecanización y buenas prácticas agrícolas, para producir más con menos”. Para ello, añade, se debe mantener un equilibrio en la oferta del grano durante el año y distribuir en varios meses la entrada de los contingentes de importación de arroz.
“El arroz es uno de los alimentos más representativos en todas las regiones del país y pilar de la seguridad y soberanía alimentaria.”
Aporte de La Salle
Desde el Proyecto Utopía en Yopal, Casanare, y mediante investigaciones como las lideradas por el CEIR, la Universidad de La Salle desarrolla estrategias para el mejoramiento de semillas, manejo eficiente del agua y adaptación al cambio climático, buscando alternativas sostenibles y soluciones concretas a esta crisis.
La Salle continuará articulando esfuerzos con productores, gremios y entidades gubernamentales para que el sector arrocero colombiano pueda superar este difícil momento. Con investigación, formación de profesionales íntegros y proyectos de impacto real, seguimos cultivando futuro y esperanza para el campo colombiano.

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