La Universidad de La Salle reafirma su compromiso con el cuidado del medio ambiente y se consolida como un actor académico clave en la lucha contra el cambio climático en Colombia. Desde una perspectiva crítica, científica y pedagógica, la institución ha impulsado proyectos y estrategias concretas para transformar los sistemas de producción agropecuarios y adaptarse a los nuevos escenarios climáticos.
El profesor Alexander Navas, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, destaca que el cambio climático afecta directamente la productividad del sector agropecuario, debido a la alteración de las relaciones naturales entre suelo, agua, plantas, animales y medioambiente. “Los cambios en el comportamiento de diferentes variables climáticas están generando sequías más prolongadas, inundaciones más severas, nuevas enfermedades en cultivos y animales, y una mayor presión sobre los recursos naturales”.
Según Alexander, el modelo convencional de producción basado en la revolución verde ha llevado a una simplificación de los ecosistemas y a una alta dependencia de insumos externos, lo que incrementa los costos de producción, reduce la resiliencia de los sistemas y expone a los productores rurales a mayores niveles de pobreza. “Hoy, más del 60% de los productores de leche y carne bovina en Colombia viven en condiciones de pobreza. El cambio climático profundiza estas brechas sociales si no se transforman los modelos productivos”, afirma.
Frente a esta realidad, la Universidad de La Salle ha venido trabajando en el desarrollo de sistemas agroecológicos que incorporan biodiversidad, conocimiento local y principios de sostenibilidad. Uno de los aportes más significativos es la promoción de sistemas agroforestales, en los que se integran árboles con cultivos y pasturas, favoreciendo la captura de carbono, la regulación hídrica, la mejora del suelo y la reducción del estrés calórico en los animales.
“Estos sistemas permiten no solo mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también adaptarse mejor a eventos climáticos extremos. Además, son modelos sostenibles y justos, tanto en lo ecológico como en lo económico”, señala Alexander. La investigación liderada por el profesor también ha documentado el impacto positivo del manejo adecuado de bancos forrajeros, el pastoreo rotacional con árboles y la cosecha de aguas lluvias en zonas críticas como el Casanare.
En el ámbito urbano, la Universidad ha impulsado iniciativas como las huertas agroecológicas, que no solo contribuyen a la seguridad alimentaria en sectores populares, sino que también promueven la educación ambiental y la reutilización de residuos orgánicos.
“La adaptación al cambio climático no es exclusiva del campo; también requiere transformaciones en las ciudades, donde la agricultura urbana, el manejo de residuos y el consumo responsable son parte de las soluciones”, añade el docente.
Desde la docencia, la investigación aplicada y la proyección social, la Universidad de La Salle demuestra que es posible construir conocimiento con impacto real en la vida de las comunidades, y que el cambio climático aunque es una amenaza, también es una oportunidad para reformular nuestras relaciones con el territorio, la producción y la naturaleza, lo que demanda nuevos modelos de producción que permitan la reconversión de los sistemas agropecuarios convencionales.
Con una visión integral, interdisciplinar y comprometida con la justicia socioambiental, La Salle sigue formando líderes capaces de enfrentar los desafíos globales desde lo local. Porque el futuro del planeta también se cultiva desde la Universidad.
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